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Alien Earth: Promesas Rotas y el Monstruo Que Queda

  • 9 oct
  • 3 Min. de lectura

Alien Earth llega con un juramento enorme: xenomorfos en la Tierra, a meses de los eventos de la película original de los 70. Promete límite, supervivencia, un miedo que se respira. Pero esa promesa (que la verdad vendieron muy bien) no siempre se sostiene cuando la pantalla se oscurece.


Entra en el universo Alien con respeto por los símbolos, sí, pero no alcanza la emoción viscosa que otras entregas supieron provocar. Late, aunque lejos del pecho.


Alien Earth: Promesas Rotas

De Prometeo a la Pantalla Chica Crean una Identidad Peligrosa

Ridley Scott y el estudio llevan años empujando la expansión del mito.


Con Prometeo abrieron una vena distinta: drama, psicología, horror cósmico. Esa brújula querían traer a la televisión. La intención está, la atmósfera asoma… pero la identidad se fragmenta. Por momentos, Alien Earth podría llamarse de cualquier otra forma y poco cambiaría.


Eso tiene un lado positivo y es que la historia intenta sostenerse por sí misma, pero también renuncia a lo que más importaba, lo que un fan espera encontrar cuando escucha el rugido metálico de esta franquicia: horror con asombro.


Cuando la Mandibula se Traba

Los dos primeros episodios son afilados. Tensión, claridad de premisa, promesa de descenso... luego, el piso cede. La narrativa se contamina de decisiones convenientes, la puesta en cámara pierde pulso y el terror se vuelve ruido.


La incomodidad ya no nace del acecho sino del trazo: personajes que actúan por guion más que por instinto, escenas que no encuentran su respiración en la oscuridad e inconsistencias demasiado convenientes que van más allá de una Mary Sue o un Salto de Tiburón.


Alien Earth Posters

Espranza en el Vacío

Entre los restos, hay chispas que iluminan. Timothy Olyphant compone un sintético inquietante, desprovisto de alma y, sin embargo, misteriosamente humano en donde cada gesto lee la atmósfera.


Essie Davis encarna a una científica madre que empuja el progreso con corazón y filo moral. Ahí está el ADN de Alien: humanidad contra lo inhumano. hasta donde estamos dispuestos a llegar, ¿acaso nuestro avance no nos acerca más a nuestro primitivo ser?.


El Vacío

Preparate por que se viene larga crítica. Fuera de esos brillos, el resto se viene abajo. El arco de varios protagonistas se sostiene con alfileres: motivaciones que cambian por conveniencia, decisiones que contradicen lo establecido y diálogos que explican donde deberían revelar con solo buen guión, actuación y ambiente.


Sydney Chandler firma quizá su mejor trabajo, correcto pero insuficiente para cargar con el peso dramático.


Alex Lawther, como el hermano “médico/soldado”, queda desfondado: el papel pide temple, pericia y matiz, y la actuación no llega pero ni por asomo, solo una misma cara que ya le conocemos de cada proyecto que ha hecho. Cuando cada gesto suena a la misma nota, el suspenso se desinfla.


Alien Earth Protagonistas

La Máxima Oscuridad

La dirección tampoco encuentra un pulso reconocible. La puesta oscila entre tesis de Prometeo y crudeza de Alien sin un puente que las suelde. Hay escenas que piden silencio y corte quirúrgico, pero reciben lineas sin sentido; otras que piden vértigo y se filman como mero trámite para entregar el proyecto.


El resultado es una identidad difusa: a ratos ensayo, a ratos parque temático, pocas veces Alien. Y cuando la serie renuncia a su identidad, el monstruo deja de morder.


La cámara traiciona a los efectos prácticos: encuadres que delatan el traje, coreografías que exponen la marioneta. No es falta de artesanía, es falta de mirada. Con una gramática visual más rigurosa, muchos de estos errores quedarían ocultos; aquí, quedan expuestos.


Ritmo, Progreso y el Vacío Entre Episodios

Al final de la serie hay cliffhanger, claro, “significativo”. Pero la mitad del trayecto se siente inmóvil. Ocho capítulos que pudieron ser cuatro, quizá una miniserie, quizá un primer movimiento mejor concentrado. La suerte pesa más que la causalidad y el avance se diluye en el montaje.


Alien Earth

La Pregunta Que Muerde

Aun así, algo queda latiendo. La idea. ¿Quiénes son los verdaderos monstruos? ¿Los xenomorfos que cazan por impulso primitivo? ¿Los sintéticos, espejo de nuestro deseo de jugar a ser dioses? ¿O nosotros, que fabricamos las condiciones para nuestra propia caída?


Ese dilema (que al menos se mantiene) merece una segunda oportunidad si llega otra temporada en esta misma línea temporal u otra expedición a la pantalla chica.


El Peso de Una Promesa Incumplida

Alien Earth no es el fondo del abismo, pero sí un tropiezo serio para una primera incursión televisiva. Ojalá los cruces confirmados con Depredador y otros medios le marquen un rumbo y le devuelvan una voz propia ya que la promesa puede cumplirse todavía, si la criatura encuentra su hogar más allá del fin del espacio.

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