Reseña “Bardo: Falsa crónica de unas cuantas verdades." Sin Spoilers.
- 28 oct 2022
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 12 sept
Nitometro 5.5 ⬛
Ahí estaba yo, haciendo mi escrito sobre mi última crónica de D&D cuándo me llega un mensaje de mi hermano que decía: “¿Vamos a ver Bardo?”.
Naturalmente me alegré, me encanta ir al cine, sumado a que es película de un artista mexicano, pues mi ser interior dijo “como chingaos no”.
Así que con la decisión de ir al día siguiente y utilizar unos pases VIP que tenía guardados (historia para otra ocasión) me reuní un jueves por la noche con mi hermano, cansado del trabajo, dispuesto a disfrutar una gran película. Es aquí donde ustedes dirán, ¿Y eso que tiene que ver?... Bueno amigos, tiene mucho que ver y les cuento.

Así nomás "Bardo".
Bardo es una película que vale mucho la pena ir a verla al cine, pero nada más, es algo así como “Birdman” ó “Biutiful” grandes películas de este director sumamente talentoso, que ves en una sola ocasión, la disfrutas, entiendes el mensaje, te hace reír o llorar en ratos, te levantas de la butaca y pides nunca volver a verla. En la vida compras el blu-ray o la buscas en la plataforma de streaming de tu elección, ni siquiera la mencionas cuando hablas con tus amigos de las películas que recomiendas, sin más, empezamos.

Crítica veraz (bueno).
Hablemos primero de la crítica social, política, religiosa, económica, ideológica y más “icas”. Te aviso que este punto también estará en lo negativo pero por ahora nos enfocaremos en que es bastante original el cómo Iñarritú maneja la crítica dentro de pelicula, no perdona ni una, principalmente son críticas a los extremistas, pro-vida/pro-aborto, religioso/no religiosos, migrantes/no migrantes, pro-amlo/anti-amlo, tira para todos y a la vez para ninguno.
Identificas en cada momento la referencia a hechos históricos y hechos reales de la vida mexicana, ves cómo la sociedad muchas veces decide ignorar esa verdad pero al mismo tiempo los pocos que alzan la voz son personas externas al problema, personas de “valores y estudios” que se abanderan de causas que no son suyas para solo hablar de ellas y terminar sin hacer un cambio real en la situación.
Pero la principal crítica, lo que termina moviendo a la película es la introspección, siempre lo más importante es identificar cómo la soledad, depresion, perdida y continuidad son lo que nos puede definir como humanos, que nuestros éxitos solo son medidos por nosotros mismos, aunque si te dejas llevar puedes terminar convirtiéndote en lo que crees que los demás piensan de ti. Mensaje muy profundo de cómo al final, somos nuestra propia tumba o nuestro propio progreso, es exquisito como se maneja esto a lo largo de la película.
Visuales de calidad (bueno).
El apartado visual es sublime y cuanto menos, es sabido que la fotografía, producción y post producción que siempre llevan los equipos de Iñarritú son de alto nivel. Basta solo una mirada rápida para identificar que los colores,la disposición de las cosas y el brillo de las escenas te transportan a la realidad o al mundo surreal que se propuso hacer. Incluso sin diálogos podrías entender muchas de las escenas por puro manejo de fotografía.

Actuaciones “en el clavo” (excelente).
Todos los actores estuvieron al nivel, desde los más experimentados como el gran Daniel Cacho (Silverio), hasta los jóvenes talentos como Ximena Lamadrid (Camila) eso, se debe, al menos en mi opinión a que la dirección de la película ha sido extremadamente buena como cualquier otra película de este director mexicano que cada vez sorprende más al mundo. Empatizas con los personajes, los sientes, vives el enojo, la desesperación, la alegría y la pasión. Son, aún en un mundo surreal, personas del mundo real, con problemas reales.
Pésimo manejo del audio (terrible).
En su afán por hacer algo artístico y de nivel “superior” Iñarritú siempre ha pecado de algo, el audio de sus películas, muchas veces es poco entendible, deja la claridad de lado y se vuelve muchas veces en silencios que no entiendes si la película ya terminó, o en explosiones de sonidos de fondo que no tienen sentido y te hacen perderte de los diálogos principales.
Aun haciendo un intento por concentrarte en lo que dicen los personajes, habrá escenas en donde lo que dicen se vuelve un “completa la frase” en tu mente. Esto lo vimos en películas como “Revenant”, “Amores perros” y “Biutiful”. Que al final en ocasiones te hace sentir que estás viendo una película de bajo presupuesto.
Exceso de arte y crítica (no la vuelvo a ver).
Este es el punto más negativo de la película, y es por esto que mencionaba lo de la sala VIP al inicio de esta entrada. Son dos horas con veinte minutos seguidos, sin descanso de análisis, introspección, surrealismo y arte, que con toda la comodidad del mundo, se hacen eternos.
Hay directores como Clint Eastwood que te pueden entregar películas de introspección con 2 o 3 descansos en el transcurso de la historia que dejan a tu cerebro respirar y decir “ok va va, entiendo”, aquí no, Iñarritú vuelve a pecar enormemente de creer que cine artístico y crítico significa darle al espectador dolor de cabeza por 1 mes. Ni siquiera en la universidad tienes 2 horas de clase sin tener un chiste del profesor para relajar la mente, en el trabajo incluso tienes al menos 1 minuto para ir por un vaso de agua.
Lo peor viene cuando después de todo este tiempo de bombardeo mental, por fin te encuentras con 5 minutos de calma, el final de la película, que te permite confirmar todo lo que entendiste y te da claridad en lo que no, es hermoso tener esos 5 minutos que aparte te harán llorar, sentir paz y decir, “¡Wow! peliculón” sonreír y aplaudir... ¡¡¡¡PERO NOOOOO!!!!
Como en “Birdman” no sabe dar un final, no sabe dónde parar su película, ya no hay necesidad de más escenas y te hace 10 minutos más de surrealismo que no tiene sentido, que tu cerebro ya había entrado en calma y provoca que esos 10 minutos que no son nada difíciles de entender se te hagan eternos y lo que sigue.

Conclusión.
Si no fuera por la comodidad de la sala en donde me encontraba y que tuviera una baguette con frappe de cena, la verdad es que posiblemente me hubiera dormido, o dejado la sala en los últimos 10 minutos de película.
No soy quien para negar el talento y enorme cerebro que tiene Iñarritú, pero hay ciertas veces en las que hay un exceso de “mexicano” donde todo tiene que ser colorido, extravagante y artístico.
Esta película es un si, para los que les gusta el cine de culto, incluso si no, disfrutaran muchos de los escenarios reales del día a día en México. Pero definitivamente no es algo que vayan a ver en casa, vayan al cine, disfrutenla y tengan esto en su recuerdo lejano.









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